Nos queda algo mas de una semana. Ayer posamos Su paso en el lugar de siempre, junto a la capilla en la que vive nuestra Madre todo el año, en la iglesia del Divino Salvador, y ya solo se volverá a mover a eso de las cinco y pico de la madrugá del Viernes Santo.
Nuestro corazón vela las armas de la fe y la devoción esperando esa primera levantá "de verdad", con Ella en lo mas alto. Desaparecen los sueños, se hace palpable la realidad mas nuestra, que poquito queda ya hermanos del costal. LA MADRUGA con letras de oro comienza a tomar como cada año forma. Y que forma, la nuestra, la de blancos costales agarrados a su Nombre y rezándole desde los adentros.
Ya sabéis que nosotros, su cuadrilla, quedamos a las cuatro de la madrugada en la casa parroquial, para estar un ratito tranquilos, hacernos la ropa, repasar otra vez (que pesado el capataz) todos los pormenores y esperar a formar parte del paso de nuestras vidas. Nuestros hermanos del paso de Nuestro Padre Jesús, como siempre, junto a nosotros.
Hasta entonces, que paseis unos días del mas puro ambiente cofrade y semanasantero (y no cansarse mucho).
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